“El 10 de marzo de 2010 nace mi primera hija Malena, con 36 semanas de gestación, y siendo portadora de una patología denominada diarrea congénita perdedora de sodio, el caso numero 25 en el mundo, el primero en Argentina. La llevamos a casa al mes y medio de vida, tiempo durante el cual pudimos disfrutarla y construir momentos fantásticos e inolvidables. A los 6 meses y medios decidimos operarla para mejorar su calidad de vida pero esta no tuvo los resultados esperados. Tras cinco  intervenciones en veinte días, el 5 de octubre de 2010, mi hija se puso sus alitas.”

Este fue el comienzo de un camino difícil para Belén, mamà de Male en el cielo y de Bautista en la tierra, un recorrido solitario. A partir de acá siente la necesidad de hablar, de sentirse comprendida pero no encuentra como, con quien, simplemente mira y encuentra una sociedad que no contiene, que no entiende. 

Tras tanta soledad y necesidad de hablar comienza a buscar en la web donde encuentra  un grupo de personas de otra provincia que han pasado por la desvastadora experiencia de perder un  hijo. Esto le sirvió para fortalecerse, para recordar a su hija sin sentirse observada ni juzgada. Hoy, dos años y medios después, tiene el deseo de ayudar, de no permitir que otros  atraviesen lo mismo solos, por eso junto con un equipo de padres deciden fundar una organización que brinda apoyo a todos los papàs y mamàs que han perdido un hijo en el embarazo o después de nacer: “Luz del Cielo”.